Día 1
Llegamos todos, las miradas tanto de alumnos y profesores se perdían entorno a el taller donde formamos habitualmente. Algunos alumnos de primer año con su mirada perdida en la nada daban impresión de no haberse anotado en taller alguno, mientras otros charlaban e insultaban animosamente en corrillos apretados. Pero esto no empezó allí, debíamos esperar a la tarde para comenzar con los talleres.
Cuando me dirigí a las aulas de primer año me cruce de improviso con Raúl (amigo) que me contó que ni el ni Facundo (amigo) ni Brenda se habían inscrito en algún taller.
Jajaja, era broma, solo di esta molesta y pomposa introducción para deshacerme de todos aquellos que no estén realmente interesados en leer este informe.
Al mediodía ya nos dirigíamos a nuestros puestos habituales, algunos al bufete, otros a fumar a la puerta y otros (como amiga y yo) al patio.
Pero antes quiero en un apartado aclarar algunas cosas. Primero, cuando digo “otros a fumar a la puerta de la escuela" me refiero tanto a los preceptores (que nos transmiten este mal habito), como a los profesores (que nos enseñan sus buenos modales, sus saberse, y sus vicios), los alumnos (que aprendieron de los yo nombrados) y los elefantes multicolores y los chanchos Arranz (que son criaturas tan míticas que no se sabe de donde aprendieron este vicio). Y aclaro que también están aquellos que van a la esquina a tomar Chabona Pega Mas! (junto con algunos elefantes negros y otros violetas y fucsias)
Bue, como les desi, fui al patio.Nada, nos sentamos en una bajada que hay en el patio y comenzamos con nuestras continuas discusiones filosóficas acerca de diversos temas.
De ahora en mas quiero dejar plasmado en el ciber-espacio, puesto que decirlo verbalmente no pareció funcionar, que Brenda y yo no solo no somos novios, si no que no lo fuimos y es mas, a ella ni a mi se nos ha planteado la idea de serlo. Entendieron ahora manga de chabonnegros? Espero que si.
Lo que discutimos no es incumbencia de los lectores de este lugar (temas personales). Pero, aun no se como... perdón, si se como. Estábamos a pleno rayo del sol, entonces yo me desplace a una escalera cercana donde había algo de sombra, que estupidez, quede acorralado. Me pregunto si me podía delinear los ojos y como es conocido en mi, si se puede ver mi vestimenta, negué rotundamente, insistió como veinte minutos hasta que me obligo totalmente y no pude zafar de esta. No pude hacer nada, me los marco un poco y me resultaba muy molesto, a si que parpadee mientras lo hacia dejándome terribles manchones que me desfiguraban y me dejaban como si estuviera tremendamente demacrado.
Sonó el timbre de las 2, ya era la esperada hora. Me dio algo de bronca porque el taller de "Lucha Espartana" del profesor Pellegrini estaba sin cupo. No me quedo otra que ir a uno que se hacia llamar "modelado con materiales descartables". No era la gran cosa, agarrábamos mugre y le poníamos arcilla de forma que pareciera arte, y por si esto era poco, luego no se podía mandar a hornos, por lo que la arcilla queda así no ma y se arruina. A la hora del recreo me di una vuelta por los demás talleres.
El taller de herramientas que puso el chabon que vende herramientas alla en la escuela fue uno de los mas exitosos. Puso un torno con una lija y les daba palitos a los que pasaban por alli para que pudieran hace una herramienta. Algunos de mis compañeros hicieron millones, otros solo miramos.
Luego quise ir al taller de Hip Hop, fui con un amigo (luego de deshacerme de Brenda) y nos asomamos al aula en que se dictaba. La verdad que solo faltaba esa matita de pasto que pasa en las películas del "lejano oeste" cundo quieren dar la idea de desolación, porque todos los pibes que estaban en ese taller estaban haciendo cualquier cosa. Algunos miraban, otros hablaba, otros bailaban en broma, otros tomaban mate, etc.
Con mi amigo pensamos en ir al taller que se daba en danzas, creo que era de tango o algo así. Atravesamos un largo pasillo en el que nunca había entrado, mientras los alumnos de danzas nos miraban mal, y cuando comencé a temer por mi vida llegamos al aula en donde se daba el taller. No estaban haciendo nada. Eran unos cuantos pibes contando chistes en unas gradas.
Lo mejor que podíamos hacer era irnos de allí. Cundo atravesamos la entrada de la escuela había una piba bailando danza árabe y un gentío tremendo mirándola como si nunca hubiesen visto danza árabe. Esto excluyendo a un extraño aparato que describiré con más detalles.
Imagínense una maquina de escribir, enchufada a un toma eléctrico, con unos hilos que atravesaban un par de piernas (de diferentes maniquíes) que se movían cuando la maquina movía sus teclas. Por alguna extraña razón esta maquina se movía sola, a diferencia de las maquinas de escribir convencionales en las que uno debe apretar las teclas. Este extraño e inútil aparato esta en medio de la entrada haciendo "poco menos que dios", y esa es decir mucho, puesto que dios no hace nada, creo el mundo en 7 días y así le salio, luego se acostó y nos mira mientras rie tomando una exótica bebida samoana.
En el taller de abajo estaba solo el taller de Alfarería en Torno, con unos alumnos que enchastraban e insultaban a sus destartalados tornos.
Luego subí. Había un par de talleres que no supe nunca para que eran. Volví a mi clase. Brenda me tiro la bronca por no estar con ella. Me fui, solo para provocarle, al taller de herramientas que estaba al lado. Estaba un compañero (algunos le dicen albondiguita otros leos yo le digo leo) que estaba realizando su décimo séptima herramienta y el tipo que vendía herramientas ya comenzaba a mirarle mal. Algunos pensamos que tal vez le acecinara luego del taller, pero no ocurrió nada. También descubrimos el secreto mejor guardado de Argentina, ¿Cómo es que las herramientas de este tipo son tan relucientes y huelen tan bien? Fácil, les pasa desodorante (y no es broma, no digo en serio) Volví, termine mi trabajo. En un momento me di vuelta y pasaron como 4 amigas mías disfrazadas de mimos regalando caramelos (me regalaron uno de vainilla). Luego me despedí de Brenda y de Raúl (amigo que no nombro anteriormente por miedo a la censura) y me marche con Facundo(amigo que nombro porque…no se por que) hasta la avenida Juan B. Justo, donde tomamos nuestros respectivos colectivos. No hubo grandes sucesos.
Agradecemos a los alumnos que participaron del taller de “Lucha Espartana” por su intensa colaboración. También a Brenda, Raúl y Facundo por acompañarnos en esta dura jornada artística. Y a los del bufete que nos vendieron alfajores para que podamos intensificar nuestra inspiración artística (se dice que a la musa del “modelado con materiales descartables” le gustan los alfajores triples.