"Puse la pava en el fuego y se me derritió" este proverbio es perfectamente aplicable
Debido a mi enfermedad de degeneración de la memoria, no recuerdo muy bien lo que paso ese día.
Creo que comí con... Brenda, pero no lo recuerdo bien. Pero este no es el caso, empezó la jornada de la tarde y me dedique a lo que me dedico siempre. Asistí al taller "Solo Formas" del profesor Fabian, gran filosofo contemporáneo. Estuvo bueno, me recordaba a la academia de Sócrates, de la cual leí en el libro "Alexias de Atenas". Como no nos podía hacer ver las cosas tal como son, nos las hizo comprender desde el arte, luego si todo salía bien podríamos verlo. El profe comenzó con una introducción sobre lo que hacemos en nuestro tiempo libre, nos pregunto uno a uno y nos hizo ver que en realidad no usamos nunca la imaginación. Este sector del cerebro esta inutilizado. Luego nos dibujo diferentes formas y nos dio 1 minuto para que le dijésemos a que se parecían. Tomamos papeles de colores los recortamos y los pegamos (utilizando la imaginación) en una hoja. Después nos dejo ver que no usábamos la imaginación, excepto en trabajos de concentración especial. Como todos los que estaban allí, o al menos la gran mayoría, entre la que no me incluyo, se quería ir rápido, a eso de las 4 el taller de filosofía ateniense termino. Me quede un rato a ayudar a ordenar al profe mientras elogiaba su trabajo y el me comentaba otros parecidos anteriores. Colgamos los dibujos en el pizarrón, muy mal, luego se los afanaron.
Me di una vuelta por los talleres, casi todos habían terminado y los alumnos se habían ido, escapándose saltando la reja, a jugar al ciber y otros a fumar y a tomar con algunos elefantes y cerdos. El taller de... un taller en el que recortaban botellas de plástico y las trasformaban en arte, tuvo bastante éxito. Casi todos estaban allí. Leos seguía en el taller de herramientas, y el que daba el taller estaba afilando una de sus herramientas, nunca se supo para que, pero yo creo que para matar a leos.
Me encontré con algunos heridos en el taller de lucha espartana, a los que se los llevaba el Same mientras una preceptora (Mabel) gritaba como desaforada.
Había talleres que nunca supe de que eran, pero no parecían buenos. Entonces fui al bufete a comprar algo para comer y luego ir a un taller que pasaban una película sobre rock nacional, estaba Papo cuando llegue, y ni bien me senté me tuve que ir, me llamaron del proyecto Memoria Joven, y no me quedo otra que ir con ellos.
Discutimos y miramos entrevistas hasta las 5:35 que nos fuimos.
Cuando iba en el colectivo una mina me empezó a tirar onda, puesto que parezco mas grande si llevo puestos los anteojos de sol. La mina debía tener como 25 años. Nada, no mostré el mas mínimo interés, y esta se fue.
Al llegar a casa di de comer a las perdices en honor a los dioses olímpicos que me cuidaron en esta travesía de héroes. Y luego de este total simbolismo me decidí a descansar.
Y como dicen las caracolas a menudo: "Luego de
1 comentario:
Aguanten las semanas de las artes, uno puede hacer lo que se le venga en gana.
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